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Mostrando las entradas de 2010

La casa de Asterión.

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(Si las historias son infinitas, este es mi cuento favorito, ya que lo infinito no tiene que ser extenso, también puede ser breve como un instante o una eternidad. Las razones no son muchas, solo dos: su simpleza y muda de narrador. Esta segunda es efecto estructural que detona acompañada de la historia en un desenlace sobrecogedor. Sí, es cierto, de la primera a la tercera persona hay un abismo. Sin embargo, Borges, una vez más, reta a la literatura y logra concatenar la trama, sin que se note el cambio de narrador justo antes del final. El lector, desconcertado, notará esta argucia cuando el texto haya terminado y deberá regresar sobre sus líneas, como un minotauro en busca de la muerte. Borges es el redentor de sus lectores.) Sé que me acusan de soberbia, y tal vez de misantropía, y tal vez de locura. Tales acusaciones (que yo castigaré a su debido tiempo) son irrisorias. Es verdad que no salgo de mi casa, pero también es verdad que sus puertas (cuyo número es infinito) están abiert...

Sobre la marcha

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CUANDO ANOCHECE EN MADRID. De copas. De bares. De tapas. La movida nocturna madrileña —la marcha— tiene muchos nombres pero un solo significado: bohemia. Es esa versión de la ciudad, a oscuras o a media luz, tan apasionante como su diurna cotidianeidad. Por Rubén Barcelli ----- Macu se despide así de Gonzalo: —¡No me vuelvas a llamar en tu perra vida! Y cierra la puerta del taxi. Gonzalo me mira desconcertado, como buscando una explicación en mis ojos enrojecidos. —¿Por qué me dijo eso?... ¿Por qué? Arriba, tan arriba, todavía está la luna casi oculta por un amanecer naranja. Y abajo, nosotros, dos peruanos de pie en una esquina de la Gran Vía, en el centro de Madrid. PEPE PARA FUMAR Una semana antes había contactado a Gonzalo Fernández, un entrañable amigo a quien le perdí el rastro cinco años atrás, cuando tomó la temeraria decisión de dejarlo todo en Lima para convertirse en un joven escritor latinoamericano en Madrid. La última noche de mi transcontinental y cortísimo viaje sería l...

El imperio de la luna

EL CUSCO, DE NOCHE. Amores tan fugaces como cosmopolitas, bailes erógenos y copas políglotas envuelven la vida nocturna de la capital del Ombligo del Mundo, casi tan legendaria como sus atractivos turísticos y su imponente pasado. Por Rubén Barcelli El Inka Trail comienza en el Fallen Angel, the Restaurant & The Guest House. Ubicado en la Plazoleta Nazarenas, el lugar ha sido decorado de excesivo barroco. El más sobrecargado sincretismo religioso. Allí, entre querubines, cruces talladas, colores potentes, cuadros de la escuela cusqueña y velas rojas, un inmenso ángel robótico, de color acero brillante, colgado en el centro del ambiente principal, reza con la cabeza agachada mientras extiende sus largas alas en la tierra donde nunca debió caer. El fallen angel bendice a los parroquianos oriundos de múltiples latitudes que, debajo de él, transitan por el recinto. Parroquianos como Ian, Cheryl, André y Nikki, quienes buscan una mesa entre la grey, algo tímidos y tratando de aclimatars...

Donde mueren los machos

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Los cafés de la cadena Starbucks le arrebatan la exclusividad a las cantinas como espacios públicos donde la amistad masculina se amuralla y se confiesa . Ir al Starbucks es gay [1]. Las mujeres que leen Cosmopilitan y almuerzan ensalada wellington ya no son las únicas en ser seducidas por los tantos locales de la cadena internacional de cafés. Hoy, los hombres —más regios que nunca— también mueren por sentarse en sus neoliberales sillones y beber café de sus inconfundibles recipientes descartables. ¿Pero qué tipo de hombres? El público masculino del Starbucks se divide en tres. Está el yuppie, ese oficinista de blackberry o iphone y laptop core 2 duo, cuyo vocabulario está plagado de anglicanismos huachafos como ‘target’, ‘benchmark’ o ‘branding’, y su agenda diaria está ocupada por temas y eventos tan importantes como estúpidos. El estudiante universitario, siempre misio, de mochila y laptop Acer o Toshiba, que desperdicia el tiempo que le sobra en Facebook y se aburre mientras se te...