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Mostrando las entradas de abril, 2007

STATUS.CUENTO

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Lo que murmura la gente tiene algo de verdad, no es puro mito. A Status sólo entran los fashion, los más bellos, los mejores; me refiero a los pecadores con American Express y a sus féminas cómplices, tan adictos a ese mundo psicodélico y nocturno. Sí, es la respuesta a tu pregunta. Sí, Lima es el infierno y Status es el point: el anfiteatro de la lujuria. After party De pronto, desperté en mi casa. Pamela ya se había ido. Sólo me dejó un dolor en la pelvis, la sensación de su piel levemente fría como el yogurt impregnado en mi cuerpo y su sudor delicioso de perfume caro. Yo esperaba más bien su teléfono. No me lo quiso dar, quizás para no tener que decirme que no me quería volver a ver. Tengo la garganta seca, los huesos destrozados y la cabeza me revienta aún más por los chillidos de Alonso. Apenas despertó, empezó a gritar, incontrolable, preguntando dónde mierda estaba. Me amenazó con las llaves de su auto mientras buscaba algo en mi departamento que le sirviera como un arma mucho ...

Cansado de verse bien.CRÍTICA / Libro Con espuma en la boca, de Andrés Emmerich

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Escribe: Rubén Barcelli Imaginen una fiesta a la que sólo han sido invitadas obras literarias peruanas: La ciudad y los perros y Un mundo para Julius conversan soberanas al pie del buffet, sintiéndose el objeto de todas las miradas. Muy cerca de la barra, Abril rojo y Guerra a la luz de las velas le hacen la guardia al mozo para que les vuelva llenar sus copas de vino tinto y blanco, respectivamente, mientras esperan la llegada de Hotel Lima. Todo se mantiene en un apacible orden hasta que un asistente rompe la uniformidad del aforo. Con espuma en la boca (Editora Mesa Redonda, 2007) aparece en la puerta vestido con un inarrugable terno azul marino y un membrete pegado en la solapa donde se lee: “Narrativa”. Los asistentes rumorean que el recién llegado no tiene invitación pero sí buenos contactos. Así es como describiría la salida a la luz de la ópera prima de Andrés Emmerich. Como un libro angurriento que se quiere zampar a la fiesta, amparado en una influyente campaña publicitaria q...

AQUEL MAESTRO INCANDESCENTE । ULIMA PUBLICA EN TRES TOMOS LA OBRA COMPLETA DE WÁSHINGTON DELGADO

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Para alguien de tan portentoso legado, la muerte no equivale a la desaparición। Es tan sólo una de sus formas de estar ausente, callado, oculto en el silencio desde el 2003. Y ya volvió. Por el amor no por el odio he de sobrevivir. W. Delgado Cada uno de sus poemas es como un monumento erigido luego de cesada la guerra. Es aquel pedazo de sabiduría el resultado de su indomable perseverancia por elegir las palabras más exactas. Su lucha titánica por concentrar significados en el papel -el campo de batalla- del cual el lector no encontrará vestigios. Tal vez sí gotas de sangre. Y es que Wáshington Delgado (1927 – 2003) pudo escribir mucho más. Gracias a sus extensos conocimientos y su amplio manejo del lenguaje, pudo componer incontables versos, si le hubiera dado la gana. Pero no lo hizo. Prefirió la brevedad. La poquedad. El estruendo de la página en blanco. Esta decisión la encontró en el sosiego que otorga la genialidad. La madurez del maestro. Prefirió entregarse al titánico esfuerz...

Tinta y pasión.Vallejo y Mariátegui, periodistas

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Abril es el mes más cruel, decía un verso de Tierra Baldía, el poemario más celebrado del anglosajón T.S. Eliot. Pero en el Perú no es así. Abril es el mes de las letras. ¿Por qué? Porque los estudiosos han descubierto efemérides, cumpleaños y otros hallazgos que unen a una serie de escritores nacionales que han servido como pretexto para celebrarlos a ellos y a sus textos. De alguna manera el ensayista José Carlos Mariátegui y el poeta César Vallejo tienen que ver con el asunto. Veamos. El hecho que en los primeros años del siglo XX, José Carlos Mariátegui haya vivido en la cuadra 11 de lo que hoy es la avenida Washington, para muchos no tiene importancia. Estudiosos como el recordado profeso José Miguel de Priego y el catedrático Wiston Orrillo, sí fueron más allá de esa circunstancia geográfica. Mariátegui era periodista de hípica y qué mejor tener una casa a una cuadra de lo que entonces era el hipódromo de Santa Beatriz y que hoy conocemos como el Campo de Marte. El autor de Siete...